Grandes expectativas
Una vez, le pregunté a un consejero cuáles eran los temas más importantes por los que la gente acudía a él. Sin vacilar, afirmó: «La raíz de muchos problemas son las expectativas frustradas. Si no se tratan, generan enojo y amargura».
Todo acicalado
Hacer que nuestros hijos estuvieran presentables para ir a la iglesia fue siempre un desafío. Diez minutos después de llegar todo acicalado, nuestro pequeño Mateo lucía como si no tuviera padres. Lo veía correr por el pasillo con la camisa suelta de un costado, las gafas torcidas, los zapatos raspados, y con trozos de galletas por toda la ropa. Si no lo cuidabas, era un desastre.
La presentación
Mi esposa Martie es una excelente cocinera. Después de un largo día, suelo anhelar el aroma de las especias que prometen un sabroso festín. Ella no solo sabe cómo preparar una comida, sino que también domina el arte de la presentación. Los colores de la comida en el plato, en una armonía hermosamente distribuida de carne, arroz blanco esponjoso y vegetales me invitan a sentarme y disfrutar de su obra. Pero la comida no era tan atractiva antes de que Martie pusiera sus manos en ella. La carne estaba cruda y fofa, el arroz era duro y quebradizo, y las verduras necesitaban ser lavadas y cortadas.
Dios con nosotros
Su presencia en la sala era evidente. Todos los demás estaban vestidos de manera bastante formal, pero él tenía unos pantalones vaqueros, una camiseta deportiva y una gorra desteñida. No pude evitar notarlo cuando hablé aquel día a los estudiantes en un culto de un seminario de Bucarest, en Rumania. No tengo idea de por qué no respetaba las normas de vestimenta del seminario, pero sí recuerdo su nombre.
¿Qué hora es?
El antiguo adagio es verdad: ¡El tiempo lo es todo! Por eso, me intriga tanto la declaración de Pablo: «Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo…» (Gálatas 4:4).
Nuestro audaz Campeón
Cuando era niño, dormirme era un desafío. En cuanto mis padres apagaban las luces, la ropa que había amontonado sobre la silla tomaba la forma de un dragón enfurecido, y la idea de que algo estaba debajo de mi cama me causaba un pánico que me impedía dormir.
Ingredientes saludables
Mi esposa Martie es muy cuidadosa cuando se trata de comprar alimentos saludables y nutritivos. Sin importar cuán atractivo sea el paquete, ella revisa la lista de ingredientes en el dorso de la caja. Muchísimas palabras difíciles de pronunciar suelen indicar la presencia de conservantes que no ayudan a una buena nutrición. Siempre los coloca de vuelta en el estante y sigue buscando etiquetas con listas de productos naturales beneficiosos para la salud.
¿El «Fin»?
A la larga, todo en este mundo llega a su fin, lo cual puede ser a veces frustrante. Es lo que sientes cuando lees un libro tan bueno que no quieres que termine. O cuando ves una película que deseas que continúe un rato más.
Alabanza pública
Me encanta un video de YouTube, donde un grupo de personas en el patio de comidas de un centro comercial y en medio de sus rutinas fue repentinamente interrumpido por alguien que empezó a cantar el Aleluya de Händel. Para sorpresa de todos, alguien se puso de pie y se unió al canto, y después otro y otro más. Al poco tiempo, el lugar resonaba con los inolvidables acordes de esta obra maestra de la música. Una empresa local de ópera había ubicado a sus cantantes en lugares estratégicos, para que pudieran interpolar con gozo la gloria de Dios en la vida diaria de los compradores.
El Papá más fuerte
A algunos niños les encanta hacer alarde de sus padres. Si escuchas a escondidas las conversaciones en el vecindario, oirás: «¡Mi papá es más grande que el tuyo!», o ¡mi papá es más inteligente que el tuyo!». Pero la mejor ostentación de todas es: «¡Mi papá es más fuerte que el tuyo!». Por lo general, esto aparece en un contexto de advertencia para que los que amenazan se cuiden, ya que el papá de uno puede aparecer y hacerlos pedazos, ¡incluso a los papás de los otros!